Escrito por: Deathbater 31 julio, 2014



Dota 2 Crónicas: Lone Druid







Los espíritus del Clan del Oso fueron los primeros seres en ser asignados por las fuerzas de la naturaleza para tener el don de la sabiduría y la palabra, mucho antes que ninguna civilización o reino.

Desde ese día prometieron resguardar al mundo de los males que vendrían. Justos y sabios,  incapaces de envejecer, entregaban el don de la inteligencia a aquellas criaturas que creían aptas para llevar una pesada carga: cuidar de este mundo.




Los milenios pasaron, y las primeras razas dieron lugar a nuevas.
Pero a medida que nuevos reinos y civilizaciones crecían, también lo hacía la maldad. La guerra estalló de manera inevitable, razas se extinguieron y bosques enteros fueron quemados.



El Clan del Oso despertó de su letargo milenario para cumplir con su deber como protectores, pero era imposible detener lo que había comenzado.
Al final, comprendieron que el mal era parte de esos seres, y ninguno sería lo suficientemente sabio como para cuidar de este mundo.

Deprimidos y confusos, se retiraron a su santuario para tomar una decisión. 



Fue entonces cuando las fuerzas de la naturaleza les volvieron a hablar, por primera vez desde que fueron creados.
Las voces les hablaban directamente a sus mentes, y emanaban una sabiduría infinita, tan antigua como los Primeros Dioses.


-"Ustedes son los primeros, los elegidos entre todas las criaturas. Hemos visto su sufrimiento, el dolor de ver a razas enteras extinguirse. Todo esto estaba escrito, desde antes del origen de los tiempos. Nada es al azar."

Mientras hablaban, el tiempo parecía haberse detenido por completo. El Clan estaba en sintonía con los creadores del mundo.

-"Este mundo está corrupto, pero no podemos extinguirlo. Hemos elegido al más sabio entre ustedes para darle una última carga."

El viejo Sylla dió una paso al frente y extendió sus manos para recibir una pequeña luz que descendía lentamente. Era una semilla.


   

-"Cuando el mundo entero se haya apagado, cuando la civilización haya dejado estas tierras, cuando el mundo esté muerto y arruinado por los interminables desiertos al final de los tiempos, entonces y sólo entonces planta la Semilla"

En el momento que Sylla tocó la semilla, sintió que los años retrocedían y recuperaba su vitalidad. Incontables siglos de sabiduría irrumpieron en su mente, y se vió a si mismo capaz de transformar su propio cuerpo y proyectar su mente. Comprendió su misión rápidamente, él era la esperanza de un nuevo amanecer.

Pero el poder de la Semilla no tardó en hacerse conocido entre todos los reinos.
Pronto, todos los seres a los que habían ayudado durante milenios comenzaron una guerra contra ellos.

Sylla vió a su sagrado recinto y sus compañeros arder bajo la furia de los seres que había guiado durante toda su existencia.
  

Con un grito en el cielo y un profundo dolor en el alma, Sylla escapó a lo más profundo de los bosques con la Semilla.

Los años pasaron y el tiempo y los mitos se olvidaron del Clan del Oso, de Sylla y la Semilla, se olvidaron de las maravillosas civilizaciones que ascendieron y cayeron tras el paso del Clan del Oso. Durante milenios, Sylla esperó...

Esperó noticias de sus Dioses, pero nadie contestaba a su llamado.

Esperó que haya paz entre los reinos que surgían en cada siglo que pasaba. Pero solo vió guerra y sangre entre hermanos.

Esperó en el exilio, en su eterno bosque. Pero nada parecía cambiar en milenios.



Sylla estaba solo, cargando consigo el peso de millones de almas que aún no han tomado forma.

Un día, la semilla comenzó a brillar. El viejo chamán supo que algo no andaba bien, y guiado por la semilla llegó hasta un claro en lo profundo del bosque. En el centro, mirándolo fijamente a los ojos se encontraba el espíritu de un gran oso.

El espíritu le contó sobre la guerra que se estaba gestando al sur, y que debía impedir que se destruyera la reliquia más sagrada de este mundo: el Ancestral Radiant.

Esa era la fuente de poder de todas las cosas vivas en el bosque. La que mantenía el equilibrio y lo mantenía eterno. Debía ser protegida a toda costa.

Salió del bosque junto a su nuevo compañero para intervenir en la guerra por los Ancestrales, preparados siempre para eliminar cualquier amenaza que pusiera en peligro su sagrada misión.



¿Cuál es el secreto que esconde el final de los tiempos?
¿Los Dioses tienen reservada otra tarea para él?

 

Sylla no sabe que le espera cuando llegue ese día.

Sólo espera que el viejo Clan del Oso aún lo recuerde cuando todo termine y los espíritus lo dejen reunirse con ellos..



Gracias por leer! Espero que les haya gustado esta Crónica.
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Así el viejo Sylla se pone contento.


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